Mis ojos están cocidos hasta mi hueso frontal zurda, por condena y esta tira que enrolla como para ahorcar tomaría tu mano si no nos vieran ante ser juzgada prefiero callar, callar con el silencio que llora a gritos mis ojos están cocidos hasta mi hueso frontal todo lo que me persigue son los cuerpos vacíos las sombras ortigando mi hálito de fe por ser zurda, invertida seré diestra en el arte de fingir aunque la mordaza me recuerde donde estoy y para quién debo de ser...
Poema de Rocío R. a la memoria de Daniel Zamudio asesinado por ser homosexual, en chile.
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